Conoce los taninos, una parte del alma de nuestros vinos

Cuando hablamos de vinos, siempre hay una palabra que sale a la luz: los famosos taninos. Estos son clave para entender qué diferencia hay entre un vino joven, crianza, reserva y gran reserva, pero también nos ayuda a aclarar nuestras ideas para saber cómo influye la barrica en las propiedades de vino Denominación de Origen Manchuela.

 

Hoy queremos enseñarte por qué deberías comprender su importancia en la definición del sabor o incluso del color de un vino, en base a las propiedades que transmite cuando se encuentar en plena época de fermentación. ¿Te animas?

 

¿Qué son los taninos?

Los taninos son una sustancia química vegetal natural que se encuentra en el vino y que procede de las partes más sólidas del racimo como la piel, el hollejo, o las pepitas, pero también pueden proceder de la madera de las barricas. En otras palabras, es la transmutación que se da entre las propiedades de la vid y las condiciones posteriores del vino.

 

El compuesto de estas sustancias químicas, que se conoce como polifenol, incluye entre otros elementos los pigmentos responsables del color, especialmente en los vinos tintos y rosados. Como compuestos hidrosolubles, terminan desprendiéndose de la barrica para impregnar todo el líquido, por lo que terminan influyendo en apartados como el aroma y en otras características de los vinos.

 

¿Cómo son los taninos?

Los taninos tienen diferentes tamaños moleculares y con el paso del tiempo se juntan con otros, en un proceso conocido como polimerización. Cuando va pasando el tiempo y esas moléculas alcanzan ya un tamaño considerable, dejan de estar en suspensión, precipitan, y se convierten en un sedimento.

La maduración y atenuación de los taninos es uno de los procesos más importantes en la evolución de un vino, porque tiene una influencia decisiva en su calidad final. Al final, la presencia en boca del producto vendrá marcada por los taninos, y estos terminarán aportando una sensación secante al consumidor entre las encías y el paladar.

Eso sí, es importante que no confundas este término con el de la acidez de un vino, que le aporta frescura y nos hace salivar. Los taninos van evolucionando con el tiempo y, además de solidificarse, atraen nuevas características que hacen más fácil la digestión de los propios vinos. De hecho, este transcurrir del tiempo hace que el vino se vaya haciendo más maduro, amable, agradable y redondo.

Las propiedades de los taninos

Los taninos no solo están presentes en los vinos, sino que también los podemos encontrar en aquellos alimentos que producen una sensación de aspereza, sequedad y amargor, como es el caso de la fruta inmadura. Hay taninos en el té, el café, las espinacas, la granada, la zarzamora, el membrillo o la manzana.

Entre sus propiedades principales se encuentra su capacidad astringente y antiinflamatoria, que disminuyen la irritación de determinados órganos de nuestro cuerpo. Pero también son útiles para prevenir la diarrea o la gastroenteritis, provocando una reacción antioxidante que reduce el riesgo de padecer enfermedades degenerativas.

En la Denominación de Origen Manchuela, puedes encontrar muchos de estos taninos dentro de variedades peculiares como la Tempranillo y la Sauvignon. En los vinos tintos, sobre todo, se mezcla con los intensos aromas primarios de carácter frutal, principalmente de frutas silvestres rojas, moras y frambuesas, para dar lugar a productos realmente deliciosos. Te invitamos a que los descubras entrando en contacto con nuestras bodegas, que cultivan las vides con pasión para ofrecerte los mejores vinos.

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