¿Cómo se hace la cata en un gran concurso de vinos?
Si te gusta el mundo del vino, tal vez hayas oído hablar de los numerosos concursos nacionales e internacionales que tienen lugar cada año en las costas españolas y fuera de nuestras fronteras. De hecho, la Denominación de Origen Manchuela es asidua a estos certámenes, donde ya ha ganado más de cuarenta medallas por la excelencia de sus vinos durante el año 2021.
Cada concurso es un mundo, por lo que hoy queremos centrarnos en los premios Bacchus, donde la D. O. Manchuela ya ha conseguido tres premios en su edición de mayo de este mismo año. De esta manera, tendrás información actualizada para saber cómo es un concurso de vinos desde dentro.
¿Tienes ganas de descubrirlo? Nosotros tenemos muchas ganas de contarte cómo es la experiencia de la mano de Raquel Pardo, que participó como jurado y relató su experiencia en internet, así que te animamos a que guardes esta página en marcadores y continúes leyendo con nosotros.
¿Para qué sirve un concurso internacional de vinos?
Un concurso de vinos como Bacchus tiene distintos objetivos para los diferentes participantes. Por un lado hay bodegas que, participando, buscan, ganar el máximo galardón u obtener las puntuaciones más altas posibles en su categoría. Pero también puede haber otras cuya meta sea testar sus vinos ante un jurado lleno de expertos y profesionales que pueden ofrecerles una valoración objetiva sobre la calidad de sus vinos.
Los vinos que se presentan a este concurso pueden obtener medallas, lo que les da derecho a colocar un distintivo del premio en sus botellas. Esto, en última instancia, es un gran indicador de la calidad que tienen y permite atraer a los consumidores bajo la etiqueta de un vino premiado por su sabor y su frescura.
¿Cómo se catan los vinos?
En un concurso de relevancia internacional como este, que pertenece a la federación VINOFED y agrupa certámenes vinícolas ya consagrados, la cata de los vinos se realiza completamente a ciegas. Esto implica que ningún catador conoce de antemano los vinos participantes, que se van sirviendo en tandas de dos o tres vinos.
La única información de la que dispone el catador es la del número de muestra, necesario para codificar la información de la cata, y en el caso de Bacchus, la añada y el nivel de azúcar, un dato que permite ofrecer el contexto del vino pero no ofrece más datos que puedan ayudar a identificarlo.
Los vinos van saliendo en tandas por categorías y se sirven en mesas compuestas por cuatro o cinco miembros del jurado, entre los cuales hay una presidencia y es esta quien toma decisiones en casos de duda. En estas tandas se mantiene un orden y cada mesa de jurados cata y puntúa vinos distintos, lo que implica que algunos de ellos tendrán suerte y probarán vinos de mayor calidad, mientras que otros tendrán que conformarse con aquellos que son de gama media-baja.
¿Cómo se puntúan los vinos?
El sistema de puntuación tiene un máximo de 100 puntos, que se otorgan en 10 parámetros: la limpidez y el aspecto representan la fase visual, donde se juzga el color, la turbidez y demás aspectos, y llegan a un máximo de 15 puntos. El aroma del vino, que se juzga por su franqueza, “calidad” e “intensidad positiva” permite obtener un máximo de 30 puntos.
La boca, por otro lado, se divide en persistencia armoniosa, otra “intensidad positiva” y la franqueza, que ofrecen una puntuación máxima de 44 puntos. Finalmente, la armonía o apreciación general del vino culmina la cata con un máximo de 11 puntos, y es lo que termina determinando si un vino es excelente, de forma que no solo gana medalla sino que es considerado el mejor en su categoría.
Como ves, el proceso de cata profesional requiere de mucha concentración, y de un jurado experimentado que sea capaz de discernir todas las particularidades de cada vino sin saber de qué bodega procede. De esta forma, se puede garantizar una valoración justa y un sistema de premios que galardone a aquellos vinos que realmente lo merezcan por la calidad que ofrecen al público final.
